domingo, 13 de junio de 2010

Protegiendo al Activo “MÁS IMPORTANTE DE TODA ORGANIZACIÓN”

En mi experiencia me he encontrado que muchos proveedores que ofrecen servicios de seguridad de TI, siempre hablan de proteger al “Activo más Importante” dentro de las organizaciones, y la gran mayoría siempre hace referencia a la información.

Lo anterior bajo mi criterio no es cierto pues es verdad que la información es algo muy valioso para toda organización, sin embargo, es necesario analizar que la información por sí sola no tiene un valor ya que lo que es valioso para alguien puede no serlo para alguien más, además de que existe un activo que es el que genera, explota, resguarda, transmite, clasifica, elimina, y le da valor a la información y ese activo es el “Recurso Humano”.

Como profesional responsable de la Seguridad de la Información, me he dado cuenta que muchas empresas se enfocan en definir e implementar mecanismos de seguridad para proteger su información, sin embargo no todas se enfocan en proteger de manera proactiva a sus empleados, y también es cierto que todos somos buenos para dar consejos pero no para seguirlos, por lo que para no caer en el esquema de ser una persona que les recomienda a los demás que hacer pero no es capaz de seguir sus propios consejos, me inscribí en un curso de combate y prevención de incendios, todo con la finalidad de saber qué hacer y cómo reaccionar en situaciones críticas en donde realmente protegemos al activo más importante que existe, el RECURSO HUMANO.

El curso fue impartido en el centro de capacitación de la cruz roja en Toluca, cerca del aeropuerto.

Lo primero que nos enseñaron es que no todos los fuegos son iguales, y por lo tanto no todos se atacan de la misma forma, ya que no es lo mismo querer apagar un incendio ocasionado por químicos que uno ocasionado por materiales orgánicos (madera, papel, etc.), de ahí la importancia de conocer los diferentes tipos de extintores que existen así como su forma de uso.


Después de la teoría vino lo más interesante la práctica, lo primero que nos enseñaron fue el cómo cargar a una persona herida, teniendo en cuenta siempre lo siguiente, cuando de rescate se trata, lo primordial es la vida, después la funcionalidad y por último la estética, es decir lo primero que tenemos que hacer cuando una persona está herida, es ubicarla en un lugar seguro, para después revisar si se encuentran bien todas sus funciones vitales y lo último que nos debe preocupar es si al momento de rescatar a alguien ésta sufre un araño o se daña su ropa.
Otro punto de suma importancia es saber cómo cargar a la persona, sin que nos lastimemos pues entonces en lugar de ayudar ahora no será a una persona a la que tengan que rescatar sino a dos.


Posteriormente vino una nueva lección, y ésta fue el saber cómo reaccionar en caso de una situación crítica como puede ser un temblor (ya ven que casi no ocurren estas cosas en nuestra ciudad).
Lo primero es saber identificar cuáles son los puntos seguros dentro de una construcción, y una vez identificados asumir una posición segura, y una vez que termina el siniestro es posible que a consecuencia del mismo ocurra un incendio, inundación, falla de energía eléctrica, etc., por lo que debes saber cómo moverte en la oscuridad identificando y sorteando obstáculos, por lo que nos vendaron los ojos, nos dijeron como debemos caminar en la oscuridad y si somos un grupo como debe existir un responsable al frente que nos haga auto-numerarnos para así saber siempre cuántos somos, para que al salir poder informar a los expertos cuantas personas quedan en el inmueble y de esa forma ayudar en la búsqueda.
Se me olvidaba mencionar que para hacer todavía más interesante el asunto, los instructores nos rociaban con polvo extintor, hacían ruidos inesperados y para cerrar con broche de oro, provocaron un fuego controlado para que sintiéramos el calor de las llamas y el humo que éste provoca.


Nos enseñaron muchas cosas durante todo el curso y realizamos muchísimas prácticas, pero una que es realmente increíble y altamente recomendable, es la de utilizar las mangueras de alta presión y vestirte de bombero, para lo cual nos enseñaron como trabajar en equipo y como el poder apagar un incendio es un trabajo en equipo en el que no hay lugar para protagonismos individuales, la primer práctica fue sin el traje de bombero para que supiéramos la fuerza que es necesaria emplear para controlar la manguera, y nos pudiéramos mover con libertad, y el segundo ejercicio fue con el traje de bombero, el cual debo confesar me quedó algo chico por lo que no me podía mover muy bien, además de todo el peso que genera, así como la visibilidad que en mi opinión se ve un poco afectada por el casco, pero debo confesar que el casco ayuda mucho ya que aunque pierdo visibilidad a los lados, hacia el frente es muy buena pues el agua de las mangueras te pega en los ojos.







Dentro del curso hubo muchas más enseñanzas, como entrar a la casa de humo, saber cómo cargar, correr y usar un extintor, entre muchas más, lo único que les puedo decir es que es un curso que vale muchísimo la pena, pues nos enseña a actuar para proteger lo más valioso que hay y que es la vida humana, y es un curso que a mí me gusta verlo como un seguro, y como todo seguro lo compramos esperando nunca tener la necesidad de utilizarlo.

Por último les digo que si tienen la oportunidad no duden en tomar esta clase de cursos ya que nunca se sabe cuándo podremos necesitar de los conocimientos adquiridos, y créanme una vez que lo tomen querrán regresar y volver a vivir esta experiencia.